Cada vez son más las personas que apuestan por una vida sana. Además de una alimentación equilibrada como base fundamental, el ejercicio físico también es una práctica habitual en la sociedad. En un principio, muchas personas ven en el ejercicio y la actividad física el aliado perfecto para mantenerse en forma, pero la práctica va mucho más allá de la apariencia.

Apto para todas las edades, la práctica regular es fundamental para una buena salud. Si hemos aprendido que la alimentación es clave, y hemos aprendido a romper el mito del desayuno, preparar una cena ligera y preparar un menú de almuerzo sano y equilibrado, entonces es hora de familiarizarse con el ejercicio y sus beneficios y consecuencias. Esto último a veces no es positivo, y ahí es cuando hablamos de los temidos cordones.

Antes de profundizar en sugerencias para mitigar sus efectos, es importante aclarar qué son los cordones. El dolor muscular, o conocido científicamente como dolor muscular de aparición tardía, son microdesgarros en las fibras musculares que causan dolor, tensión muscular, pérdida de fuerza e inflamación posterior al ejercicio.

La causa de los cordones de los zapatos ha sido estudiada desde diversas teorías, por lo que podemos encontrar muchas posibles causas a lo largo de la historia, aunque actualmente las teorías inflamatorias y mecanicistas son las más prevalentes.

Como tal, no hay una manera efectiva de quitar de raíz las agujetas, pero, se pueden realizar ciertas prácticas para paliar un poco el dolor y que se hagan más llevaderas:

• Crioterapia. Consiste en aplicar una compresa fría en la zona donde está la zona afectada, lo que produce un efecto vasoconstrictor que reduce la hinchazón y la inflamación. 
• Masaje deportivo. El masaje puede reducir la inflamación y el dolor. También es una excelente técnica para drenar el líquido de la inflamación del tejido.
• Ejercicios de estiramiento. Los estiramientos suaves y un poco de ejercicio ligero pueden reducir el dolor en el área afectada al aumentar el flujo sanguíneo.
• Hidratación y nutrición adecuada después del ejercicio. Beber agua antes, durante y después del ejercicio es fundamental. Finalmente, los mejores alimentos son: arroz, pasta, pan, frijoles, huevos, pescado, carne, nueces, verduras, frutas y lácteos. Todos hemos oído que beber agua con azúcar añadida puede ayudar a combatir el dolor muscular, y la teoría no podría ser más incorrecta: evita el azúcar, las frituras y las grasas saturadas después de hacer ejercicio.
• Tomar una ducha. Cuando te duches, puedes variar la temperatura del agua: rocía el área con agua fría y luego con agua caliente para ayudar a aliviar el dolor.
• El descanso y el sueño siempre ayudan a que el dolor desaparezca.